2009/08/01

Hacia las estrellas


Sentados en un lugar cualquiera, donde corre la brisa fresca, Templarius y Beelzenef debaten sobre las misteriosas catástrofes y aventuras que en este mundo pueden surgir.

En nuestras manos su destino, en nuestras mentes su vida, sus anhelos y temores.

Templarius se acaricia la barbilla mientras cavila, y Beelzenef mantiene la mirada perdida en un lugar más alla de su cabeza pensante preferida.

- Creo que... ya están todos, ¿no? - Templarius rompe el silencio.

Beelzenef sonríe y asiente.

- Entonces, ¿comenzamos a navegar?

Ambos se alzan para cruzar su propia nebulosa, que les baña con su brillo rojo.

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